
Hasta aquí, todo normal: un 2-1 favorable a Boston, que tiene el factor cancha. Era de esperar que los Celtics no se dejasen sorprender en el Garden, sobre todo después de cómo eliminaron a Detroit en la final de conferencia, y también era de suponer que los Lakers hicieran valer la presión de su cancha, en la que están invictos en estos play-offs y ganaran el primero de los tres encuentros que se jugarán en Los Ángeles de forma consecutiva.
Ahora es cuando llega la hora de la verdad; ahora es cuando empieza lo más serio: ¿serán capaces los Lakers de no ceder en ninguno de los dos partidos que les quedan en casa? ¿o serán los Celtics los que no fallarán en su intento de ganar al menos uno de los tres, de los que el más difícil era el primero? Y, si los angelinos llegan a Boston con el 2-3... ¿podrán dar un vuelco tan grande a su imagen en los dos primeros partidos de la final, como para ganar en cancha contraria?
Lo que tengo claro es que habrá sorpresa. ¿Cuál? Ah, eso no lo sé, pero habrá sorpresa segura. Porque es que a estas alturas sorprenderá tanto que los Lakers vuelvan a su estilo de juego que tan fácilmente les ha llevado a las finales -jugando menos partidos que nadie- como que los Celtics vuelvan a hacer un partido tan malo como el de anoche, el primero en Los Ángeles.
Según han sido los partidos previos, será sorpresa tanto que en los Celtics vuelvan a ser protagonistas suplentes como Perkins y Pow, como que en los Lakers todos los titulares rindan. Tan raro será que Boston gane con anotaciones altas como que Lakers lo haga con bajas.
Tal como hemos visto las cosas, sorprenderá lo mismo que brillen las tres estrellas célticas como las tres angelinas. Lo mismo será que sea Pierce el que vuelva a acercarse a los 40 puntos como que sea Bryant, y además eso no llevará implícito que sus respectivos equipos se lleven la victoria.
Hasta será tan raro que los dos equipos lancen un número similar de tiros libres como que se mantenga la desigualdad ya tradicional en la serie; y hablando de árbitros, sorprenderá lo mismo si Gasol y Bryant dejan de mirar más a los árbitros que a su entrenador, como si siguen sin salir este error.
Es que incluso pensando en los tres partidos disputados hasta ahora, cuyo resultado final considero normal, resulta lo ocurrido dentro de cada uno de ellos también es bastante asombroso (los mencionados suplentes de Boston, la obcecación de Bryant pero sus buenos dígitos, la resurrección de Allen en la serie y la desaparición de Garnett en el último partido, la obsesión que Gasol tiene con Garnett y la irregularidad que le provoca, la lesión de Pierce, la poca concentración de Odom y Radmanovic, el buen rendimiento de Vujacic tras un inicio penoso...) y tampoco sé qué me parecerá más raro: si que todo siga así de sorprendente o que las aguas vuelvan a un cauce más normal.
¿Que qué prefiero yo? La sorpresa la daría diciendo que no quiero que ganen los Lakers de nuestro Gasol, pero también parece sorprendente que nadie diga que la sorpresa menor será que ganen los Celtics, mucho mejores en temporada regular y con la importantísima ventaja de campo a su favor.